Me encanta la historia del famoso SR-71 o BlackBird. Fue un avión diseñado para observar al mundo desde los 85 mil pies de altura: un logro antes jamás alcanzado; que se hizo pensando primero en la meta y después en la solución, y al hacerlo se crearon miles de patentes que hoy usamos diariamente.

El mundo sigue cambiando. En los últimos años definimos los productos, las empresas y las estrategias desde las capacidades de las compañías y los recursos que tenemos; sin embargo, el mundo hoy nos pide que primero definamos con qué producto vamos a solucionar una necesidad del consumidor y desde allí, comenzamos a ver que capacidades y recursos requerimos.

Con este esquema y más de 20 años experiencia asesorando, haciendo planeaciones estratégicas, prospectivas de mercado y consultorías en productos, canales, marcas y desarrollos por medio de herramientas como la Matriz de Análisis Estratégico de Consumo, el C3 y la Matriz de Prospectiva, que han permitido el desarrollo de productos y servicios en el sector financiero, consumo masivo, seguros, vestuario, vehículos entre otros, logramos traer el futuro al presente y pensar hoy en las cosas que vamos a necesita mañana: un buen directivo tiene la mente en el futuro y los pies en el presente.

El SR-71 es un gran caso, no sólo porque se hizo desde la necesidad y causó miles de desarrollos, sino porque solamente salió de servicio, cuando los satélites lo remplazaron, porque ningún otro avión pudo superarlo. Focalizarse en el consumidor es la estrategia.